HABIA UNA VEZ...

Habia una vez un hombre, no como cualquiera. El era diferente, siempre lo habia sido. Desde que el era pequeño lo supo. No era dificil darse cuenta, bastaba con ver su cabeza prematuramente calva para saberlo. El era un inadaptado social. Asi vivio su infancia y su juventud. Y todos (incluida su madre y el mismo) esperaban que en el momento de entrar a su vida adulta ese castigo se terminaria. El unico problema es que el hombre habia escogido como carrera de vida trabajar en el lugar que le habia dado todas sus victorias y satisfacciones pero tambien la mayor de sus vergüenzas y humillaciones. El decidio ser profesor de literatura. Penso que ahora se invertirian los papeles pero resulto todo lo contrario. El nunca habia aprendido a imponerse. Eso fue un obstaculo inmenso para el. Sus alumnos lo sobajaban, lo humillaban y se burlaban de el. En todo lo largo del ciclo escolar no hubo una sola clase controlada por el, ni siquiera una en donde el sonido predominante fuera su voz. Un dia el se harto. Se harto de su patetica e insignificante vida. Se enfurecio con sigo mismo y decidio tomar cartas en el asunto. El pensaba -No es posible que toda mi vida ha sido controlada por terceros debo tomar las riendas de mi destino. El dia siguiente se levanto de la cama, y desayuno yoghurt en vez de su lechita.

Moraleja: El yoghurt te da huevos de toro NO MAMES¡¡¡